• ​​​​​​​​Siete años después de la firma del acuerdo de paz con las FARC, la historia del Colectivo Miradas, un grupo firmantes que decidió unirse para llevar un mensaje de paz, reconciliación y memoria a través de la fotografía y el cine, demuestra que la cultura y el arte son los mejores caminos para construir paz.

Bogotá, 23 de noviembre de 2023 (@mincultura). La historia del Colectivo Miradas comenzó en medio de una situación difícil. Era octubre de 2020 y los antiguos miembros de las Farc-EP se habían enterado del asesinato de otro de sus compañeros, Albeiro Suárez, el líder de los firmantes de paz ​​en el corregimiento de La Julia, en La Uribe, Meta. Con él, ya eran 234 firmantes de ​paz asesinados.

Tristes y desesperados, decidieron movilizarse. De todo el país salieron miles de firmantes de paz, quienes iniciaron una ‘Peregrinación por la Vida y por la Paz’ hacia Bogotá, exigiendo garantías de seguridad para ellos y sus familias.

En medio de esa peregrinación, algunas de las personas que trabajaban en las consejerías de comunicaciones de cada uno de los territorios en los que estaban organizados los firmantes de paz comenzaron a trabajar juntos y se dieron cuenta de su pasión por la fotografía y por las cámaras.

Marcos Guevara y Jacinto Constante, dos de ellos, dieron el primer paso y propusieron unirse. “A mí me invitaron a participar para articular y ser un puente con todos los demás territorios”, explica Gina Parra, quien en esa época coordinaba el equipo de comunicaciones del Consejo Nacional de Reincorporación.  Así nació Miradas, el 16 de enero de 2021.

Puede leer: “Me tocó formarme sola: a leer, a escuchar, pero sobre todo a luchar”

Al inicio se trataba simplemente de una página en Instagram en la que publicaban las fotografías de varios de ellos: las de antes de la firma del acuerdo, las del proceso de dejación de armas y las del ingreso a la vida civil. Con el tiempo, sin embargo, se fueron vinculando cada vez más personas de diferentes partes del país.

Hoy el Colectivo Miradas está compuesto por 14 personas: la mitad son mujeres y la otra mitad, hombres. Además, cinco de ellos son miembros de la comunidad que no hicieron parte de las FARC.

Sus actividades también han crecido: “Tenemos desarrolladas tres líneas estratégicas -explica Gina Parra-. La primera es el fortalecimiento de habilidades, que tiene un enfoque de género y territorial. Por esa línea hacemos talleres de fotografía documental nacional y organizamos este año una ruta de cine y fotografía por la paz”.

La segunda, teniendo en cuenta que son un colectivo audiovisual, implica la producción fotográfica y el desarrollo de documentales, como La montaña, que estrenaron en 2022 y cuenta la historia de la comunidad de firmantes de paz en Anorí, Antioquia. La tercera es el desarrollo de una marca que les permita vender productos y recibir ingresos para sostenerse económicamente.

En ese camino, el Colectivo Miradas logró llevar a sus talleres a fotorreporteros reconocidos, como Federico Ríos y Jesús Abad Colorado. Además, este año cumplieron uno de sus sueños: organizaron la ‘Ruta de cine y fotografía por la paz’.

“Nosotros hicimos nuestros primeros talleres en Anorí, Antioquia, y en Tierra Grata, Cesar, y allí tuvimos a personas que venían de todo el país, y que nos decían que era importante hacer esos procesos en otros territorios”, cuenta Gina. Así que este año se propusieron una ruta por 10 municipios regados en todo el país.

En cada municipio estuvieron cuatro días. Los primeros tres los dedicaban a dictar talleres para jóvenes, firmantes de paz y la comunidad aledaña. El último era una especie de festival en el que los participantes presentaban las fotografías que habían tomado durante el taller, y en el que tenían conversatorios con invitados como Santiago Alarcón o Fabio Rubiano.

Le puede interesar: Jóvenes de la comunidad indígena Awá presentarán una obra de teatro en honor a sus raíces

El cierre de la ruta será el próximo 30 de noviembre, con una gran juntanza en Bogotá para presentar los resultados y el trabajo de los participantes en los talleres.

Para lograr llevar esos proyectos a cabo, el Colectivo ha tenido que autogestionarse y buscar apoyo de la comunidad internacional, como la Unión Europea, que los ha ayudado desde el inicio. También se han presentado a las convocatorias del Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes,  pero aún no han salido beneficiados. Ellos saben que su Colectivo tiene mucho potencial, pero no siempre ha sido fácil conseguir los recursos.

“Yo creo que el arte y la cultura generan vínculos, construyen tejidos, permiten diálogos improbables y permiten sensibilizar porque de una manera muy sencilla tocan los corazones de las personas”, explica Gina.

“Nosotros, por ejemplo, hemos logrado llegar a espacios donde tal vez no hubiéramos podido llegar de otra manera, simplemente con una cámara, que usamos para visibilizar la esperanza de la paz que aún tienen los territorios”, añade.