Hubo una interesante retroalimentación con el público de la conferencia en Varsovia, pues al final de la charla me comentaron que se sentían muy identificados con la condición de desplazados por la violencia que vivía Colombia, puesto que su ciudad había sido destruida en un 80% durante la Segunda Guerra Mundial, lo que implicaba que todas las familias de Varsovia tuvieron que huir de sus casas y solo pudieron regresar muchos años después. Aun el tema es bastante controvertido y actual por los problemas con la restitución de territorios. Por tanto, la noción de éxodo y territorio que se plantearon en la conversación fueron muy bien comprendidas, e incluso retroalimentadas a mi ponencia, haciendo ver que esta condición migrante afecta de manera muy similar a millones de personas en el mundo.
Curiosamente, al presentar el tema en Ibagué, encontré un gran desconocimiento por parte de algunos de los asistentes, y esto generó un interesante debate sobre el papel que debían determinar las artes en la región, teniendo en cuenta que históricamente la región del Tolima es una de las que más ha sufrido los estragos de la violencia política durante el siglo XX y XXI.