Este estímulo fue un impulso que me permitió fortalecer mi entendimiento del país al igual que generar redes de intercambio y de contacto en diferentes puntos de Colombia. Con este estímulo tuve la posibilidad de impulsar la producción artística de otros artistas y especialmente la mía. Todo esto es fundamental en un momento como este en la historia del país donde la tolerancia y el diálogo no puede surgir de una imposición, sino de el entendimiento del otro. Sobre el río Magdalena se han llevado numerosos estudios desde diferentes disciplinas y aún así sigue siendo un territorio desconocido. Dentro de la diversidad de matices de cada punto parece haber solo una constante, el maltrato que sufre el río. Entonces la atención colectiva debe girar en torno a su cuidado, su estado refleja qué tipo de sociedad somos.