En un muro que se ve por la calle principal del barrio La Florida, cerca del aeropuerto de Tumaco, se pueden ver por estos días doce fotografías impresas en alta definición. Las imágenes, que llaman la atención de los transeúntes -taxistas y turistas que vienen del aeropuerto, personas caminando o estudiantes que van hacia sus colegios- son variadas, pero poderosas: una mujer con un velo blanco en una playa frente al mar, una mano sosteniendo una piedra hacia el sol, una vela encendida frente a una casa de madera o un mujer sentada en una silla y rodeada por velas encendidas, entre otras.
Detrás de esas fotos, que hacen parte de una exposición llamada Bosque de la Memoria, hay un grupo de jóvenes del municipio que durante varios días de febrero estuvieron en un taller de fotografía en el que una profesora les enseñó los secretos y técnicas detrás de las fotos. Pero no solo eso, también les hicieron ejercicios sonoros y audiovisuales para fortalecer la noción de memoria colectiva y llevaron a varios mayores y mayoras de la comunidad para que les dieran una charla sobre las tradiciones y las historias de Tumaco.
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“Nos ponían un sonido y tú debías pensar a qué lugar o recuerdo te llevaba ese sonido”, cuenta Sonia Selena Gómez, una de las participantes en los talleres. “Usaban el sonido del mar, el oleaje, el sonido de unas botas, y todos sabíamos lo que eso representaba: cuando, por ejemplo, nuestros padres iban al mar a pescar, el manglar y ese tipo de cosas”.
Detrás del taller, que se llevó a cabo entre el 12 y el 18 de febrero, hay una iniciativa del Ministerio de la Justicia y el Derecho, apoyada por el Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes, para escuchar, desestigmatizar y dignificar a las comunidades afectadas por el narcotráfico y la guerra contra las drogas. La idea, que hace parte de la Política Nacional de Drogas (llamada ‘Sembrando vidas desterramos el narcotráfico’) y de un intento por cambiar las narrativas sobre las drogas, es diseñar en distintos lugares del país una ruta de encuentro, reflexión, co-creación artística y construcción de memoria.
En este caso, se trató de un proyecto con los jóvenes de Tumaco, que fue posible gracias al trabajo que el Ministerio de las Culturas tiene en el municipio gracias a su Estrategia de Cultura de Paz y, más específicamente, al Pacto Cultural por la Vida y por la Paz que se firmó en octubre pasado con varios municipios del Pacífico sur, y para el que se establecieron una serie de compromisos luego de un trabajo articulado con las comunidades de la zona.
El proyecto se dio, además, gracias a la Corporación Cultural Afrocolombiana Calipso, una de las entidades que desde el territorio, y desde hace 42 años, trabaja con jóvenes para fomentar el arte y la cultura, y a la Fundación Vist, que se dedica a la investigación, el diseño y el desarrollo de narrativas visuales contemporáneas en torno a temáticas sociales y culturales, y quienes hicieron posible el montaje de la exposición.
“Lo que más me gustó de toda esta experiencia fue ver más allá, no solo quedarnos con lo que es obvio, sino tratar de entender que detrás de cada fotografía, por muy simple que sea, hay un contexto y hay una emoción”, explicó Yulisa Quiñonez, de 19 años, otra de las participantes. Para ella, aunque parezcan fotografías simples, cada una de ellas representa un sentimiento, una idea y una necesidad de mostrar y contar algo sobre Tumaco, la memoria de este municipio y su realidad.
“La idea de este proyecto es resignificar los lugares que han sido, así sea de manera simbólica, afectados por la guerra, el narcotráfico y los actores armados”, cuenta Ricardo Cubides, director de la estrategia de Cultura de Paz del Ministerio de las Culturas. “Para transformarlos, pero también para llegar a ellos y empezar a trabajar con la gente desde las memorias ancestrales y las prácticas culturales, y así empezar una transformación desde los espacios que son propios de las diferentes iniciativas de cultura de paz que trabajan acá en el territorio”.
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La inauguración de Bosque de la Memoria, de hecho, fue una muestra de la diversidad cultural de Tumaco y del Pacífico. Se realizó entre la Escuela Taller de Tumaco y la cancha de microfútbol del barrio, en medio de presentaciones artísticas de colectivos y organizaciones como Cueros y Chontas, Teatro por la Paz, Resistencia Pacífica y muchas otras, incluida la misma Calipso. Hubo zanqueros, bailes, música y teatro, todo enmarcado en el Día de la Afrocolombianidad, que se celebra cada 21 de mayo.
Antes de esa muestra artística, hubo una especie de círculo de la palabra, un espacio de escucha en el que las personas jóvenes que participaron del proceso hablaron de sus experiencias. "El taller fue muy inspirador para mí. Me permitió ver las cosas de manera diferente y darle un sentido a cosas sencillas y básicas, pero logrando que tengan mucha expresión y mucha identidad", dijo Betsy Ramos, una de las participantes.
Allí mismo, con un ejercicio en el que se iban pasando uno a uno un rollo de tela con el que se fue armando una red metafórica, el viceministro de Política Criminal, Camilo Umaña Mendoza, habló de la importancia de tejer y fortalecer las relaciones entre comunidad, Gobierno local e instituciones del Estado. “Esta es una especie de firma de un compromiso: un compromiso para no soltar esta red que armamos acá. La relación sigue y vamos a seguir construyendo nuestra sociedad".