Por: Andrea Martínez Moreno
Grupo de Bienes Culturales Muebles
Dirección de Patrimonio. Ministerio de Cultura de Colombia. 2015
Es común que en Colombia y en casi todo el mundo, se le encargue a un artista la elaboración de una escultura conmemorativa para recordar algún evento histórico, social o político relevante. Sin embargo, una vez instaladas nos olvidamos de su mantenimiento. Cuando están rayadas, decoloradas, corroídas y sucias, tanto que es incómodo mirarlas, decidimos tomar medidas para mejorar esa situación, eso implica que las inversiones de las instituciones con responsabilidades en su protección aumenten considerablemente, pues con el tiempo, el patrimonio cultural mueble expuesto al medio ambiente, como es el caso de las esculturas de metal o piedra, se deteriora mucho más que el que no lo está.
El Monumento a los Lanceros, declarado monumento nacional en 1974, situado en el departamento de Boyacá, municipio de Paipa, muestra lo planteado anteriormente y deja como aprendizaje, que es mejor mantener que restaurar. Desde la Dirección de Patrimonio, del Ministerio de Cultura, esperamos que este caso permita a quienes se interesan y/o trabajan con el patrimonio cultural mueble pensar en programas continuos de mantenimiento y procesos de divulgación de los significados de estos bienes para que permanezcan activos en la vida social.
Monumento en movimiento: 41 años batallando la independencia
La elaboración del monumento a los lanceros fue encargada al escultor Rodrigo Arenas Betancourt por el gobierno nacional en 1968, para conmemorar los 150 años del triunfo de la campaña libertadora liderada por Simón Bolívar a través de la Batalla de Boyacá, que se llevó a cabo el 25 de julio de 1819. El maestro Arenas elaboró las 15 esculturas en bronce que representan al general Rondón y 14 lanceros en su taller ubicado en Caldas y las trasladó a Paipa, Boyacá para su instalación en 1971.
Lo que es diferente en este tipo de bienes culturales es que muchas veces, dependiendo del tamaño de la obra, el trabajo del escultor se articula con el trabajo de un arquitecto o ingeniero que diseña y construye la plazoleta, el pedestal o el espacio para emplazar las esculturas, para el caso del Monumento a los Lanceros, además de las esculturas del maestro Arenas, el ingeniero Guillermo Gonzalez Zuleta diseñó la estructura sobre la cual fueron instaladas las esculturas para dar mayor “monumentalidad”.
Monumento a los Lanceros de Rondón antes de la Restauración
Desde su inauguración en 1971, no se tienen datos exactos de mantenimientos realizados al Monumento, hasta 1999 que se llevó a cabo el primer mantenimiento contratado a profesionales en el tema, sobre la base de estudios realizados en 1997. En ese momento las esculturas de bronce presentaban corrosión, oxidación y alteraciones de color, entre otras cosas. Aparentemente en el periodo comprendido entre 1972 y 1982 se realizaron limpiezas con ácido y viruta, que generaron mayores problemas.
En 2006, la Alcaldía de Paipa contrató a la Universidad Externado de Colombia, para realizar el diagnóstico y establecer los criterios y propuesta de intervención para las esculturas del Monumento. Este tipo de estudios son fundamentales, antes de cualquier restauración, pues permite conocer el bien, sus características estéticas y técnicas y las causas que han generado sus deterioros. Una vez realizados los estudios correspondientes, en el año 2009 la Alcaldía de Paipa, en el marco del convenio establecido entre la Gobernación del Departamento de Boyacá y el el Ministerio de Cultura de Colombia contrataron la restauración de las esculturas.
Los lanceros requieren cuidado
Restaurar un bien cultural mueble que hace parte del patrimonio cultural de la nación, es una gran responsabilidad, un tratamiento inadecuado puede causar un daño irreparable, por esto, el Ministerio de Cultura promueve que las restauraciones del patrimonio cultural mueble sean coordinadas por profesionales en el tema y cuenten con los avales y estudios necesarios.
Con relación al Monumento a los Lanceros, pasaron tres años desde que se realizaron los estudios hasta la restauración de las esculturas, cuando los restauradores iniciaron su trabajo los bienes presentaban corrosión, alteración del color y marcas de escurrimiento de agua causadas por la lluvia, además las soldaduras que se usaron para el montaje de las esculturas se encontraban deterioradas.
Los restauradores y los auxiliares, se demoraron varios meses haciendo pruebas para determinar los mejores métodos para recuperar las esculturas, en total trabajaron 5 restauradores profesionales y 7 auxiliares y se invirtieron alrededor de 362 millones de pesos. Ahora, después de haber visto pasar varias generaciones, gracias a la nobleza de sus materiales y a la restauración realizada, el Monumento a los Lanceros continua recordándonos elementos de nuestra identidad colectiva, de lo que significa ser colombianos y colombianas. Seis años después, es momento de hacer seguimiento a su estado de conservación y gestionar su mantenimiento.