El español Jorge Carrión es escritor, director del Máster en Creación Literaria de la UPF-BSM y crítico cultural de La Vanguardia. Durante cinco años colaboró con The New York Times y The Washington Post. Es también profesor de periodismo cultural de la Fundación Gabo.
Autor, entre otros, de Librerías (finalista del Premio Anagrama en 2013), así como de Lo viral (2020), Membrana ( 2021) y la novela ilustrada Todos los museos son obras de ciencia ficción (2022), bajo la editorial Galaxia Gutenberg. También es creador de los podcasts Solaris y Ecos, definidos como “ensayos sonoros sobre el mundo contemporáneo”.
Solaris, podcast de Carrión. Su lema es ¿aprendemos a escuchar?
En la próxima edición de la FilBo, del 17 de abril al 2 de mayo, presentará algunos de los libros antes mencionados. A propósito del Día del periodista en Colombia, los buscamos para mirar el estado actual del cubrimiento cultural en los medios de comunicación.
Minculturas: ¿Cómo definiría usted el periodismo cultural?
Jorge Carrión: Es un territorio del periodismo que empezó ocupándose de la literatura y fue incorporando el resto de lenguajes artísticos. Ahora está limitado por esa tradición y le cuesta hablar también de videojuegos o podcast. También tiene una relación compleja, a menudo demasiado servil, con las industrias culturales.
Minculturas: Se asocia principalmente al periodismo cultural con reseñas de libros, películas o arte…
J.C.: Por esa idea de que debe cubrir la actualidad, las novedades. Entrevistas y reseñas. En verdad puede también recurrir al perfil, como ha demostrado Leila Guerriero con los suyos de artistas o escritoras, la crónica, el ensayo, y vincular las narrativas y las artes con la ciencia y la tecnología. Es lo que intento hacer yo en mis columnas, artículos o podcasts.
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Minculturas: ¿Cree que el enfoque en ‘alta cultura’ ha perjudicado a este periodismo?
J.C.: Al ser un lenguaje sobre todo clásico ha privilegiado las expresiones también clásicas, como la literatura o la ópera. Pero en el consumo cotidiano no distinguimos entre géneros o jerarquías, pasamos de Shakespeare a Netflix, del cómic a las redes sociales. El periodismo debe reflejar esa realidad. Y pensarla.
Minculturas: ¿Cuál es la importancia de incluir en la agenda de los medios temas como las culturas ancestrales, patrimoniales y los saberes de los pueblos?
J.C.: Importante. Pero hay que intentar distinguir entre cultura y folklore, es decir, entre expresiones auténticas y únicas y representaciones seriales y exóticas o turísticas.
Minculturas: ¿Cree que el periodismo cultural contribuye a formar identidad, al entendimiento de una sociedad?
J.C.: Sin duda. Desde la identidad urbana, es decir, la percepción que los ciudadanos de Bogotá o Medellín o Barcelona tienen de su ciudad como red semántica en la que ellos se inscriben, hasta el nacionalismo o el cosmopolitismo dependen de relatos e imágenes que el periodismo cultural pone en circulación. Al mismo tiempo, nos acostumbra a la crítica argumentada, a los datos, a la verificación, a las voces múltiples, al diálogo, de modo que construye democracia. Siempre y cuando recuerde su independencia y no se ponga al servicio acrítico de la industria ni de las instituciones.
Carrión durante una de sus charlas en la Fundación Gabo, donde es profesor de periodismo cultural. Archivo Fundación Gabo.
Minculturas: ¿Por qué usted habla de Objetos Culturales Vagamente Identificados (OCVI)? ¿Es una renovación?
J.C.: Son las nuevas criaturas digitales, desde el podcast hasta el reel o el hilo de Twitter o la coreografía de drones o el bot cultural o el influencer no humano. Yo creo que el periodismo debe abrirse a ellos. Pero para que eso ocurra debe trascender las fronteras que imponen las secciones tradicionales.
Minculturas: Se percibe que el periodismo cultural tiende a desaparecer, con menos medios especializados o con menos espacio en los medios tradicionales…
J.C.: La precariedad es preocupante. Las editoriales o productoras dedican su presupuesto de publicidad a Google y no a las plataformas de prescripción serias como son las revistas y diarios. Además los influencers y algoritmos son los nuevos mediadores. Es un panorama complejo. Y poco prometedor.
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Minculturas: Generalmente, los dueños de los medios dicen que el periodismo cultural no tiene publicidad porque no tiene lectores. ¿Es así? ¿Debe ser, entonces, un periodismo que sostengan otras áreas o secciones de un medio?
J.C.: Tampoco tiene publicidad directa el periodismo internacional. Quizá las marcas que se anuncian se relacionan sobre todo con el nacional, el social y el económico. Pero los medios deben apoyar la cobertura de la cultura al margen de esos análisis cuantitativos, por una cuestión cualitativa. La ópera o el arte conceptual son importantes al margen de los números. Además, sin fotografía, ilustración, literatura o cine documental el periodismo carecería de herramientas para comunicar. No tiene sentido que no hable de los lenguajes que lo hacen posible.
Minculturas: ¿Existe una delimitación para el periodismo cultural, hasta dónde debe ir?
J.C.: Yo creo que no. Depende de cada autor o de cada medio. De su visión y su ética. La cultura es política y economía, y sociedad y ciencia y tecnología.
Minculturas: Muchos jóvenes desean dedicarse al periodismo cultural. ¿Qué consejos les daría?
J.C.: Que no busquen la especialización, que sean transversales, que viajen y lean de todo, que perfeccionen la artesanía de la comunicación, que sean ambiciosos y exigentes, pero no caigan en la autoexplotación que es tan propia de nuestro oficio.
Minculturas: ¿Qué opinión tiene el periodismo cultural que se ha hecho en Colombia y qué percepción tiene de él ahora?
J.C.: Colaboré con Arcadia y El Malpensante, soy profesor de periodismo cultural de la Fundación Gabo, sigo a Vorágine y Cero Setenta, dos proyectos muy serios y potentes, pero hace unos cinco años que no visito Colombia, no puedo opinar.
Minculturas: ¿Qué papel debe cumplir la cultura en un país en posconflicto y cómo debe participar el periodismo cultural?
J.C.: Debe aportar crítica y reflexión, testimonio y búsqueda de la verdad. Y puede hacerlo con nuevas narrativas, como nos ha enseñado Forensic Architecture, que es un modelo en esos contextos.
Minculturas: ¿Se atrevería a dar una definición de qué es cultura?
J.C.: No.
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