Por Lila Silgado Villadiego
Desde Tumaco hasta Nueva York, desde los Montes de María hasta Buenos Aires, desde Manizales hasta Caracas y desde México hasta Asunción, rockeros de varios países de América ‘parcharon’ ayer como antesala a PazRock, el primer gran concierto de rock y músicas de los territorios, iniciativa del Ministerio de las Culturas, los Artes y los Saberes, desarrollada por la Estrategia de Cultura de Paz, con el apoyo del Centro Nacional de las Artes Delia Zapata Olivella. PazRock convoca hoy, viernes, en la Plaza de Bolívar de Bogotá a 13 bandas de rock, punk, ska, rap, bullerengue y diversos géneros.
En un diálogo de múltiples vías, ataviado con diversidad de estilos -taches, tatuajes, afros, rastas-, las bandas aprovecharon para conocerse y conversar sobre cómo el arte construye paz, expresa con la música mensajes de inconformismo y narra lo que no se puede repetir. Y aunque los músicos de The Casualties -banda neoyorkina que completa su sexta visita a Colombia- nunca se habían visto con los de Plu con Pla, del Pacífico colombiano, el idioma no fue una barrera para que hicieran un manifiesto conjunto: “la música es un lenguaje universal que nos une a todos en torno a la paz”.
Jairo Angulo, vocalista y guitarrista de Plu con Pla, también expresó: “Darles la palabra a estas formas de pensar, establecer este tipo de diálogos, ya es un terreno ganado: Poder poner la música del Pacífico en algún escenario con metal, con rock, con generaciones distintas, ya es una convocatoria muy importante desde Colombia y un mensaje inmenso para el mundo”.
El espíritu rebelde y cantar las injusticias han sido banderas de muchos de estos grupos que, mediante su arte, alertan sobre lo que debe cambiar en la sociedad. Dilson Díaz, cofundador y vocalista de la icónica banda La Pestilencia, aseguró: “estamos para decirle a la gente que llevamos muchos años cantando y llevando el mensaje de que nos podemos entender así haya diferencias y vivir en el mismo espacio sin tenernos que agredir”.
Así mismo, el histórico del rock venezolano Paul Gillman defendió su idea de que “la música es un arma de construcción masiva, pero a nosotros nos toca construir. ¿Cuáles son nuestras armas? Las guitarras, las trompetas, los tambores y con eso tenemos que ametrallar de amor al mundo”.
Isabel Ramírez Ocampo, "La Muchacha", junto con los miembros de The Casualties. Foto: Lina Rozo
A su turno, los integrantes de La Chancha Muda, de Buenos Aires, expresaron: “la música y el género del rock siempre tiene ese costado de paz, de amabilidad, este mismo hecho de estar aquí, compartiendo. Creo que falta más arte y más cultura en muchos países. En Argentina necesitamos más espacios como este”. De igual manera, resaltaron cómo el arte ha hecho expresión de la realidad en la historia del continente: “Siempre fueron los artistas los que bajaron línea en América Latina. Todos aprendimos de la vida escuchando a nuestros rockeros, viendo los cuadros de Frida, las obras de Botero”.
Equidad y reconocimiento
Isabel Ramírez Ocampo, “La Muchacha”, junto con los músicos de El Propio Junte, ha logrado impactar la vida de muchas mujeres jóvenes con su mensaje de paz y con su decisión de acompañar procesos de víctimas del conflicto. Destaca que “la paz es trabajar de dentro hacia afuera para tener tranquilidad, más allá que un pacifismo impostado”. De igual manera, dice que “la música es humana, política, cultural”, y en ese entendido hace un llamado “a los gobiernos para que apoyen este tema, que se le dé la importancia a ese papel de acompañar la paz, visibilizarla, revolcarnos adentro, que es lo que hace la música: meternos una mano en la tripa y sacar todo lo que comprendemos del mundo”.
Miguel Velásquez, miembro de los Cotopla Boyz y parte de El Propio Junte, le apuesta a la equidad de género en la música, lo que desde su visión contribuye a la paz: “un lugar hermoso en el que me paro es apoyar los proyectos tan valiosos liderados por mujeres. Los hombres tuvimos mucho tiempo el parche del rock, pero pille estas nenas donde están paradas y cómo están paradas, eso contribuye a ese equilibrio, ser consciente del momento histórico desde la música, el arte y los procesos de paz que se están adelantando en el país”.
Los miembros de Plu con Pla y de La Pestilencia parchando en el Centro Nacional de las Artes Delia Zapata Olivella. Foto: Lina Rozo
Verito Asprilla, artista tumaqueña de 20 años, cree que la música es la oportunidad de visibilizar su territorio y aportar a la paz. “La música es el ejemplo vivo de que hay otra manera de hacer las cosas. Vivimos en un entorno violento, en el que los artistas nuevos no tienen chance de mostrar su talento y deben elegir entre comer y vivir el sueño. Quisiera que Tumaco fuera más visible. Muchos van a documentar la situación, pero lo que necesitamos es ayuda”.
Por su parte, Isabel Valencia, bajista de la Pestilencia y cantante y compositora de Wonderfox, opina: “Me parece muy importante participar en la idea de seguir luchando por la paz en Colombia y el mundo, comenzando por la cultura. Si nos concentramos como artistas en crear cosas bacanas en vez de estar creando problemas, vamos a estar mucho mejor. Es un mensaje bonito que tiene PazRock y es un espacio necesario para todos.”
En medio del ‘parche’, Paola Rodríguez Paniza, bajista de Las Poker, expresó: “Estar en estos espacios culturales y artísticos va a ser muy bonito para nosotras. Creo que todos tenemos el sueño de que haya paz y el arte es esa forma de expresar nuestro pensamiento y llegar a esa libertad para enviar un mensaje a todas las personas. Unirnos todos hace que se construya un escalón para llegar a esa paz que queremos todos. El arte en general lleva a expresar lo que queremos. Esa es nuestra forma de contribuir a la paz”.
Este parche se amplifica hoy en un PazRock: 12 horas continuas de música con mensajes de paz y esperanza, que el Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes llevará pronto a otras geografías de Colombia.