Lo que más le gusta a Jorge Alí Triana de su hogar es la vista. Con dos ventanas grandes a los costados de la sala, tiene una panorámica del occidente de Bogotá y al otro lado tiene los cerros, que disfruta más en noches de luna llena. Hoy está sentado en una silla de cuero negra y cuando habla no le falla la memoria ni un segundo: recuerda hechos históricos, líneas de diálogos de sus obras de infancia.
Triana fundó el Teatro Popular de Bogotá (TPB), después de volver de estudiar dirección de teatro y cine en Praga. Fue uno de los que hizo teleteatro, aquellas obras montadas especialmente para la televisión, en estudio. Recreó la biografía de los grandes próceres de la independencia: Bolívar, Antonio Nariño, Mosquera y Obando. Dirigió el primer beso lésbico en la televisión colombiana en 'Los pecados de Inés de Hinojosa' (1988), protagonizada por Amparo Grisales y Margarita Rosa de Francisco. Abrió una productora con sus hijos llamada Dramax para proyectos audiovisuales y teatrales.
Cuando se hizo la primera transmisión de televisión en Colombia, el 13 de junio de 1954, Jorge Alí Triana tenía 12 años. Su vida ha estado allí, en la pantalla, tanto como en las tablas.
Minculturas: ¿Qué lo inspiró a incursionar en el teatro y luego en la televisión?
Jorge Alí Triana: Comencé de niño en el grupo escénico infantil del profesor Julio Téllez, que fue uno de los primeros en hacer un programa infantil llamado 'El mundo del niño'. Trataba sobre los conflictos de los niños en la escuela, con su familia, en la cuadra y con los amigos. Así fue mi primera incursión en esta profesión en la televisión.
Esto fue alrededor del año 1955. Al barrio donde yo vivía llegó un televisor y todos los niños de las dos cuadras cercanas íbamos a ver televisión. Un día, vi un programa donde actuaba un compañero de pupitre mío y quedé absolutamente fascinado, porque uno nunca veía actores nacionales. Le pregunté cómo hizo para estar allí.
Me contó que trabajaba en el grupo de teatro infantil, que yo había oído en la Radio Nacional, donde había teleteatro para adultos con las grandes obras de la literatura universal, dirigido por Bernardo Romero Lozano. También, había un programa de radioteatro para niños con las grandes obras de la literatura infantil llevadas dramáticamente a la radio. Él me llevó a la televisión y recuerdo exactamente mi primer parlamento: "Entonces todo comenzó a la salida de los llanos. ¿No es cierto, profesor?". Eso era todo lo que tenía que decir.
Minculturas: ¿Tiene alguna experiencia memorable de esos momentos?
J.A.T.: En ese grupo también comencé a hacer teatro y la primera obra fue 'Caperucita en el bosque'. Yo hacía el papel del lobo. Recuerdo exactamente ese parlamento, estaba sentado en un tronco, afilando los dientes con una lima grande, y decía (Jorge Alí recita con voz grave): "Mis colmillos debo afilar, a la niña quiero tragar, tengo odio. La niñita, piernas flacas, voz finita. Ella en todas partes quiere estar y no me deja ni parar, con liebres tiene amistades, ¿y qué les dice?". Así comenzó mi profesión y mi amor por ella. Estoy hablando del año 54, yo tendría 12 años. Ahora tengo 82.
Minculturas: A lo largo de su carrera, ha dirigido obras como 'Crónicas de una generación trágica'y 'Los pecados de Inés de Hinojosa'. ¿Cuál considera que fue la más desafiante como director?
J.A.T.: Todas son desafiantes. No hay una escena más fácil que otras. Cada escena tiene su dificultad. Recuerdo algo que tuvo mucho impacto. 'Los pecados de Inés de Hinojosa', un thriller erótico basado en la novela de Próspero Morales Padilla, donde actuaban Amparo Grisales y Margarita Rosa de Francisco 'La Niña Mencha' en escenas lésbicas. Eso fue un escándalo.
También fueron retadoras las series 'Revivamos nuestra historia' y 'Crónica de una generación trágica'. Para el Bicentenario se creó una comisión para celebrarlo y llamaron al maestro García Márquez para que aconsejara sobre cómo celebrar esos 200 años de independencia. Él dijo que había un episodio que le impresionaba mucho, que era esa primera generación alrededor de la Expedición Botánica, el sabio Mutis, que fue toda fusilada. Murieron todos. La primera intelectualidad, la primera generación que se preocupó por estudiar la fauna, la flora, la economía, la geografía del país. Mencionó que era una manera de celebrar porque el odio al país había comenzado de una manera trágica con la pérdida de esa generación. Y se hizo la serie 'Crónica de una generación trágica'. Son seis episodios que incluyen a los comuneros, la publicación de los derechos del hombre por Nariño, la Patria Boba, el 20 de julio y la independencia, y la llegada de Morillo y el fusilamiento de toda esta cantidad de jóvenes, que es muy trágico, como comenzó el país.
Minculturas: En casi todas las telenovelas que ha dirigido hay un gran interés por los hechos históricos de Colombia. ¿Qué le ha motivado a hacer estas historias? ¿Y cuál es el poder que tiene la televisión para preservar esa memoria histórica?
J.A.T.: Hay una anécdota divertida. Fui invitado por ahí en el año 72 o 73 a Panamá, como jurado de un festival de teatro universitario de Centroamérica. Me impresionó mucho llegar allá y ver la zona del canal con la bandera norteamericana, con el ejército norteamericano andando en jeeps. Al mismo tiempo, vi una obra hecha por los estudiantes de la Universidad de Panamá y me impresionó mucho la historia.
Al regresar, le propuse al TPB que hiciéramos una obra sobre la separación de Panamá de Colombia llamada 'I Took Panamá', que fue la frase que dijo el presidente Roosevelt. Construimos esta obra con el sistema de creación colectiva y fue un éxito maravilloso. Hicimos más de mil funciones y recorrimos América entera.
Una vez nos invitaron, creo que fue Patricia Lara, a la Sociedad de Amigos del País, a hacer una función. Esa noche había una serie de senadores, historiadores, escritores e intelectuales. Hicimos la función y después hubo un foro donde se discutió hasta las tres de la mañana sobre cómo fue el tema de la separación de Panamá. Meses después me llamó Jaime Sanín Echeverri de Promec Televisión. Me dijo que le había impresionado mucho cómo suscitaba esa pasión la historia dramatizada, algo que nunca se le había ocurrido. Me comentó que estaban pensando hacer con Eduardo Lemaitre un programa sobre la historia de Colombia: 'Revivamos nuestra historia'. Ahí comenzó todo, a partir de una obra de teatro. Al mismo tiempo me apasioné por el tema histórico y llamamos a Carlos Reyes para que hiciera la investigación y los libretos. Comenzamos con la vida de José María Córdoba.
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Minculturas: Si tuviera la oportunidad de adaptar a la televisión un hecho o un personaje histórico colombiano que no haya retratado, ¿cuál sería y por qué?
J.A.T.: Hay muchos. He llevado adaptaciones, tanto al teatro como a la televisión, de grandes autores de la literatura latinoamericana, como Vargas Llosa, García Márquez, Jorge Amado, Sergio Ramírez, Sánchez Baute, Germán Santa María. En fin, esa relación con la literatura y con la historia ha sido un tema que me ha tocado la imaginación y la creatividad.
Creo que hay un tema en Colombia que es el de la paz y el de la guerra infame que llevamos viviendo ya 70 años. De alguna manera, estaba pensando escribir algo sobre eso.
Minculturas: ¿Cómo ha influido su filosofía de vida en sus producciones?
J.A.T.: Creo que nosotros somos como los cuenteros de la tribu. Somos cuenteros, contamos historias para que a la gente le mueva la imaginación, el corazón, la razón, la reflexión sobre la vida. Porque el arte es eso: el alimento del espíritu del ser humano. Sin la alimentación no podríamos vivir.
La gente mira los cuentos para confrontarse con su vida. Pensar ¿por qué este personaje actúa así?, ¿por qué esto sucedió?, ¿esto me podría pasar a mí?, ¿esto me emociona, me toca el corazón, me mueve los sentimientos?, ¿me convoca a reflexionar? Esa es la razón de ser de este oficio.
Minculturas: Revisando su recorrido, ¿qué reflexiones quedan de todo eso que ha hecho y qué sueños faltan por cumplir?
J.A.T.: Bueno, a los 82 años de haber trabajado tanto.. Sí, todavía. Recientemente hice el montaje de 'El coronel no tiene quien le escriba' en teatro. Me tiene muy contento eso. Estoy pensando más en hacer teatro que televisión o cine. Tengo un par de proyectos que estoy estudiando y que no digo cuáles son porque tengo agüeros. Cuando uno los cuenta, no salen. Hay que mostrarlos y después hablar de ellos.
Minculturas: ¿Y por qué esa necesidad de volver al teatro?
J.A.T.: Es un ejercicio más tranquilo, con más tiempo. Es un trabajo directamente con los actores. No tiene ese aparataje tan inmenso, tan gigantesco, de las producciones televisivas y cinematográficas. Es también por donde comencé. Comencé con la televisión y con el teatro simultáneamente, pero no sé qué le depare a uno la vida todavía.
Minculturas: ¿Cuáles son sus pasatiempos además de escribir, dirigir y actuar?
J.A.T.: Es que mi pasatiempo ha sido mi oficio. Eso es lo bello de esta profesión. Es la afición de uno, sin la cual uno ya no puede respirar, como el aire que uno necesita para vivir. Necesito estar creando, necesito contar esos cuentos, conmover a la gente, despertar la imaginación, la fantasía.
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Minculturas: ¿Qué personas lo inspiran?
J.A.T.: Muchas. Los grandes maestros, los grandes dramaturgos, los cineastas, la vida misma. Uno es como un voyerista: vive pensando y mirando a la gente, inventándose cuentos. Me encanta sentarme e imaginar qué conversación tienen los que están al lado. Todo eso lo inspira a uno.
Minculturas: ¿Qué legado personal espera dejar a través de su trabajo y de su vida?
J.A.T.: Bueno, en lo personal, mis hijos, que escogieron el mismo camino. Tengo un hijo director, una hija dramaturga. Tengo con ellos una compañía de producción, Dramax. Tengo otra hija que hace artes plásticas con las plantas, otro que es músico. Todos escogieron este bello oficio del arte. Ese es el legado más importante que considero.
Minculturas: ¿Un programa favorito?
J.A.T.: Recuerdo que hice hace años, en la década de los ochenta, un programa con RTI muy interesante que dirigimos Pepe Sánchez y yo: 'El cuento del domingo'. Ahí hice 'Los pecados de Inés Hinojosa'; 'Castigo divino', basada en la novela de Sergio Ramírez; 'Maten al león', de Jorge Ibargüengoitia; 'Últimas tardes con Teresa', de Juan Marsé. Así que recuerdo a vuelo de pájaro. Eran programas que tenían mucha sintonía los domingos a las ocho de la noche. Que se hacía la gran literatura latinoamericana. Y creo que fueron programas que hicimos con gran pasión y con gran éxito.
Minculturas: ¿Se le hizo sencillo adaptar historias al cine, a la televisión y al teatro?
J.A.T.: Me resultaba divertido cambiar de lenguaje porque nunca se me volvió una rutina pasar de un formato a otro. Son muy distintos, pero en esencia son la misma cosa: es contar cuentos a través de situaciones dramáticas y con actores.
Minculturas: ¿Cree que ha evolucionado su visión como director?
J.A.T.: Imagino que sí. Es que es como vivir muchas vidas. Tanto los directores como los actores tenemos más de siete vidas. Cada vez que uno hace una obra se compenetra, se mete en el conflicto, en los sentimientos de los personajes, en su vida, en el mundo que está representado. Uno se sumerge en el universo de lo que está montando. Entonces puedo decir que he vivido tantas vidas como obras he hecho y eso es un privilegio.
Minculturas: ¿Qué le diría a las nuevas generaciones de directores?
J.A.T.: Yo creo que uno como artista es una esponja que recibe los conflictos, los anhelos, los fracasos y las tragedias de la sociedad en la que vive. Somos intérpretes de todos esos sentimientos colectivos. ¿Qué les diría? Que amen este país, que duele, es un país que duele mucho. Yo, por ejemplo, pertenezco a una generación que no ha conocido un día de paz. Que sientan este país, que lo estudien, que se preocupen por reflejarlo, demostrarlo con sus grandes tragedias y alegrías. Y que sean muy disciplinados, perseverantes, constantes. Hay muchos directores de los cuáles uno puede aprender.
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